jueves, 30 de abril de 2015

Analógico vs Digital

Cuando hablamos de competencia digital nos estamos refiriendo a un concepto más amplio relacionado con la competencia para desenvolverse en un entorno basado en el uso de herramientas implementadas sobre tecnología digital. Unos y ceros.
Los unos y los ceros combinados adecuadamente nos permiten representar hasta 36 millones de colores (¿para qué quiero tantos si mi cerebro no los llega a percibir?), el mundo analógico es un continuo cromático inescrutable e imposible de representar.
El docente competente digitalmente... ¿competente para qué? Si oponemos la competencia digital a la analógica y ponemos como fecha para iniciar ese mundo digital en 1981 cuando IBM lanzó el primer PC o, incluso, en 1993 cuando se montó el primer servidor web en España; Vigotsky, Piaget, Ausubel, Bruner ya habían elaborado sus teorías del aprendizaje y existían métodos coherentes con estas teorías e incluso anteriores. Sin embargo, muchos docentes no habíamos adquirido la competencia "analógica", la de enseñar con metodologías adecuadas a las teorías pedagógicas más innovadoras (hace 35 años) o si disponíamos de dicha competencia, no llegábamos a utilizarla, entonces: ¿somos competentes analógicos? ¿podremos transferir nuestra cultura analógica para desarrollar nuestra competencia digital?
Sin ponernos a responder a estas cuestiones nos enfrentamos ante dos hechos:

  • Las metodologías activas han calado poco en los centros docentes y prácticamente se reproduce un modelo de educación industrial.
  • La tecnología digital como entorno no está impregnando suficientemente el ámbito escolar.

Y ahora queremos que los docentes de todo el mundo sean competentes digitalmente, ¿para qué?
¿Para usar la pizarra digital con el objetivo de mostrar un fichero pdf y leer todos juntos en clase?, ¿para hacer una redacción en Word y compartirla en Google Drive sobre "Mis vacaciones"?
Y queremos que sean competentes en un mundo analógico, ¿para qué?, ¿para cerrar la escuela al entorno? ¿para crear una burbuja ajena a cualquier avance tecnológico? ¿para alejar la escuela de la realidad donde se inscribe?

Vale, sólo estoy planteando problemas y ninguna solución, lo que quiero decir es que deberemos olvidarnos de las etiquetas y pensar en docentes competentes, a secas. Y entonces, llegó el modelo SAMR.

lunes, 27 de abril de 2015

¿Qué significa ser un ciudadano culto y autónomo en la sociedad digital?

Si buscas la palabra "culto" en el diccionario de la RAE te encuentras la siguiente definición:
Dotado de las calidades que provienen de la cultura o instrucción.
Es decir que aporta un elemento de calidad basado en la formación o la instrucción. Muchas veces, un ciudadano culto, en su sentido tradicional no tendría por qué ser autónomo.
Como con todo lo demás, el mundo digital nos obliga a olvidarnos de conceptos obsoletos y buscar nuevas definiciones a los nuevos problemas que la sociedad nos plantea.
Ahora, una persona culta ha de ser competente, capaz de resolver los problemas que la sociedad le plantea en base a sus conocimientos (científicos, técnicos, tácticos, estratégicos, etc.) y a sus valores.
La sociedad digital es sólo una faceta más de la sociedad que nos envuelve, es una zona de relación, comunicación y aprendizaje relativamente novedosa a la que nos debemos adaptar a marchas forzadas por la velocidad en que evoluciona.
Así pues, un ciudadano culto y autónomo en la sociedad digital debe ser culto y autónomo en la sociedad y por extensión en la sociedad digital, lo que supone ser competente para:

  1. Aprender.
  2. Relacionarse.
  3. Informar.
  4. Actuar.
en el ámbito digital para lo cual deberá ser capaz de:
  • Detectar y resolver problemas.
  • Recabar y valorar información en base a la selección de fuentes y criterios válidos.
  • Analizar críticamente el ámbito digital.
  • Adaptarse a los cambios e intentar cambiar aquellos aspectos negativos que la digitalización de la sociedad lleva aparejados.
  • No ser consumidor de la sociedad digital, ser prosumidor de dicha sociedad.
  • Actuar individual y colectivamente. 
  • Ser capaz de relacionarse sin dejar de ser uno mismo.
  • Usar inteligentemente la tecnología digital para mejorar su vida y la de las personas que le rodean.
En definitiva, utilizar la potencia del mundo digital para desarrollarse como ser humano "homo digitalis", 

Esta es la primera entrada en mi blog, aunque realmente lo creé hace años, hasta ahora no había encontrado el momento para publicar, si bien, si sabía de la necesidad de tenerlo que hacer.
Una primera entrada precipitada espero que dé lugar a aportaciones mucho más interesantes.